«El amor es hijo de la belleza y la verdad, padre de la libertad, cuya madre es la valentía.»
Y de tanto pensar me olvidé de vivir…
«Cuando una persona acude a ti para expresar el mal momento por el que está pasando, cuando te cuenta por qué está sufriendo y puedes ver el dolor en su rostro, si sabes que se ha esforzado y ha luchado de mil maneras diferentes para encontrar una oportunidad, una salida, una solución, no la compares con otras personas o situaciones. No le hables de optimismo, ni de visualizar una vida mejor, ni repitas frases hechas, lugares comunes… No está pidiendo tu opinión, ni tu consejo, ni soluciones, ni orientación alguna. No es el momento para eso.
Simplemente dale tu compañía, tu calor, sostén su mirada cuando se rompa y su voz se quiebre al intentar expresar lo que siente Lo único que esa persona quiere y necesita es ser escuchada. Es poder dejar que sus lágrimas se derramen sin obstáculos ni pudores. Cuando llega a ese extremo, cuando ya no puede contener ni disimular sus emociones, simplemente sólo tienes que estar ahí. No minimices su sufrimiento porque entonces lo único que estás haciendo es que se sienta más desconsolada, incomprendida y sola.»