Nos estrenamos con una receta carnívora y dulce al mismo tiempo. No es una receta para hacer todos los días. El magret de pato es un producto algo costoso, que suele acompañarnos en momentos especiales, de celebración, incluso tiene cierto punto navideño. Está claro que para la Navidad ya llegamos o muy tarde, o muy temprano. Es un plato sabroso y con un dulzor que podremos graduar según el gusto de los comensales.
Todas las cantidades irán referidas siempre para dos personas, así si añadís más invitados sólo tenéis que multiplicar los ingredientes y listo.
Ingredientes:
Para el pato:
-1 cebolla roja grande o dos pequeñas picadas.
-1 magret de pato.
-6 albaricoques deshidratados.
-1 rama de canela.
-1 chorreón de licor de almendras dulces.
-2 ó 3 clavos.
-Sal.
-Pimienta.
-Aceite de oliva extra virgen.
Para la guarnición:
-2 patatas medianitas.
-Cilantro muy picado.
Elaboración:
Cortamos y picamos la cebolla y la rehogamos en una sartén con un poquito de aceite de oliva extra virgen. Le añadimos la rama de canela y los clavos para que vayan soltando todo su aroma. Mientras se va haciendo, ponemos las patatas a cocer en agua hirviendo sin pelar y con una pizca de sal. Abrimos los albaricoques por la mitad y los agregamos también a la sartén . Cuando veamos que la cebolla está empezando a «transparentar» le echamos el chorreón de licor de almendras dulces para que todo el conjunto se termine de cocinar en el licor.
El magret de pato hay que tenerlo a temperatura ambiente, con una hora que esté fuera del frigorífico nos vale. Una pieza es suficiente para dos personas. Por el lado de la piel (grasa) marcamos líneas longitudinales y transversales, de tal modo que parezca decorado con formas romboidales. Hay que tener cuidado de marcar sólo la piel sin llegar a la carne. Salpimentamos a nuestro gusto y colocamos en otra sartén, a fuego medio-alto con la piel hacia abajo, en contacto con la superficie caliente. No es necesario añadirle aceite ni nada.
Lo mantenemos así aproximadamente 12 minutos. Empezará a soltar bastante grasa, así que podemos recogerla con una cuchara y depositar parte en alguna salsera o recipiente similar. No es conveniente retirársela toda, ya que así nos aseguramos de que quede jugoso. Podemos levantar un poco la carne para ver cómo está quedando la parte de la piel, si vemos que está quedando tostadita y crujiente es el momento de darle la vuelta. Le damos la vuelta y esperamos 3 0 4 minutos.
Mientras, aprovechamos para pelar y cortar en bastones las patatas que ya estarán listas (15-20 min) Es recomendable hacer esta operación en frío, para que no se nos rompan y nos nos quememos.
Estamos llegando casi al final de nuestra receta. Cuando vemos que el magret de pato está listo, le volvemos a dar la vuelta con la piel en contacto con la sartén y lo retiramos del fuego dejándolo reposar tapado un par de minutos . Este «reposar» tendrá un añadido especial. Toda la cebolla rehogada y aromatizada se la añadiremos por encima para que el remanente de calor una todos los sabores del plato.
Cogemos el magret y cortamos en minifiletitos, emplatamos junto con la cebolla y albaricoques y acompañamos con los bastones de patata. Espolvoreamos cilantro picadito por encima de las patatas y ¡a disfrutar!
Consejitos:
- Respecto a las patatas, el tiempo de cocción dependerá del tamaño de las mismas y de la fuerza de vuestro fuego, vitro o inducción, lo que tengáis en casa. Si no estáis seguros siempre podéis pincharlas con un tenedor o similar y averiguar si ya están listas. Los tiempos que recomendamos en la receta son aproximados por el mismo motivo.
- No hemos mencionado nada respecto al licor de almendras dulces ni a ese vago concepto de chorreón 😉 Resulta que licores hay de diversas marcas y tenemos una favorita, pero para no hacer publicidad diremos que es de una renombrada marca italiana. Lo del chorreón va en función de si os gusta ser generosos cuando cocináis con vino o licores o simplemente sólo queréis una presencia sutil. Aquí somos de chorreón, chorreón y que nos quiten «lo bailao». Esto hará que nuestro magret de pato sea más dulzón por los azúcares del alcohol.
- ¿Qué pasa con la grasa? Esa maravillosa grasa que nos ha sobrado y que no lo neguemos, está sabrosa, y también es necesaria para hacer funcionar nuestro organismo. En el plato que hemos presentado, la patata va sin ningún añadido, simplemente cocida, puesto que el pato es una carne sabrosa y le hemos incluido unos ingredientes que intensifican su sabor endulzándolo bastante. Así que para equilibrar la fuerza de los sabores la hemos dejado así sin más, con la «chispa» del cilantro. Sin embargo, para los que tengáis papilas gustativas que no se saturen tan fácilmente, coged los bastones de patatas y pasarlos por la sartén, rociadlos con la grasa sobrante y «morid de gusto».
Como veis es una receta sencilla en la que no emplearéis más de 30-35 minutos. Seguro que la repetiréis de manera exitosa con variantes e innovaciones de vuestra propia cosecha.
No podemos despedirnos de este post sin contaros que a nuestro juguetón Eros también le gustó la receta. Os ha dejado un para relato para amenizaros mientras cocináis.